COMERCIO MARÍTIMO
Nicaragüenses están optimistas por Canal
AP
Pese a las críticas de que el acuerdo firmado no es justo para el país, los planes de construcción siguen adelante
OPTIMISMO. Un mapa muestra las posibles rutas del Canal. Foto: AP | Esteban Felix |
2013-12-14 — 12:00:00 AM — MANAGUA. Seis meses después de que el gobierno sandinista otorgara a un empresario chino una concesión a 100 años para construir un canal interoceánico, gran parte de la nación está entusiasmada con el proyecto.
Desde directivos de empresas en la capital hasta los pequeños pueblos por donde las mercancías se transportan a caballo, muchos nicaragüenses expresan confianza en que el canal, a un costo de $40,000 millones, será una realidad y traerá la prosperidad. El sistema universitario nacional anunció hace pocas semanas que creará títulos universitarios de metalurgia y administración de puertos, además de cursos del idioma chino.
Las críticas de expertos legales y ambientalistas de que el canal no es viable, de que dañará el medio ambiente y perjudicará al país han quedado prácticamente calladas debido a que el gobierno del presidente Daniel Ortega controla las principales instituciones de Estado y gran parte de los medios de comunicación. Por lo tanto, prácticamente no se escuchan las denuncias de la oposición de que Ortega está simplemente tratando de recabar apoyo para una reelección indefinida.
En junio, luego de tres días de debate, la Asamblea Nacional, controlada por los sandinistas, aprobó el otorgamiento de la concesión a Wang Jing, un empresario chino con sede en Beijing, para construir un canal que supera tres veces el tamaño del Canal de Panamá, además de proyectos libres de impuestos, incluyendo puertos en las costas Pacífica y Caribe de Nicaragua, un oleoducto que atraviese el país, una vía ferroviaria para transportar carga, dos zonas de libre comercio y un aeropuerto internacional.
Según el acuerdo, Nicaragua recibirá $10 millones cada año por 10 años y gradualmente recibirá la soberanía del proyecto, obteniendo el 100% después de un siglo. Pero los pagos y el traspaso sólo pueden comenzar cuando el canal comience a operar. Bajo el acuerdo, Wang puede incluso dejar de construirlo.
Los críticos temen que esto dejará a Wang con una serie de negocios lucrativos libres de impuestos, y a Nicaragua sin garantías de que el canal se construirá y de que obtendrá las ganancias relacionadas.
Desde directivos de empresas en la capital hasta los pequeños pueblos por donde las mercancías se transportan a caballo, muchos nicaragüenses expresan confianza en que el canal, a un costo de $40,000 millones, será una realidad y traerá la prosperidad. El sistema universitario nacional anunció hace pocas semanas que creará títulos universitarios de metalurgia y administración de puertos, además de cursos del idioma chino.
Las críticas de expertos legales y ambientalistas de que el canal no es viable, de que dañará el medio ambiente y perjudicará al país han quedado prácticamente calladas debido a que el gobierno del presidente Daniel Ortega controla las principales instituciones de Estado y gran parte de los medios de comunicación. Por lo tanto, prácticamente no se escuchan las denuncias de la oposición de que Ortega está simplemente tratando de recabar apoyo para una reelección indefinida.
En junio, luego de tres días de debate, la Asamblea Nacional, controlada por los sandinistas, aprobó el otorgamiento de la concesión a Wang Jing, un empresario chino con sede en Beijing, para construir un canal que supera tres veces el tamaño del Canal de Panamá, además de proyectos libres de impuestos, incluyendo puertos en las costas Pacífica y Caribe de Nicaragua, un oleoducto que atraviese el país, una vía ferroviaria para transportar carga, dos zonas de libre comercio y un aeropuerto internacional.
Según el acuerdo, Nicaragua recibirá $10 millones cada año por 10 años y gradualmente recibirá la soberanía del proyecto, obteniendo el 100% después de un siglo. Pero los pagos y el traspaso sólo pueden comenzar cuando el canal comience a operar. Bajo el acuerdo, Wang puede incluso dejar de construirlo.
Los críticos temen que esto dejará a Wang con una serie de negocios lucrativos libres de impuestos, y a Nicaragua sin garantías de que el canal se construirá y de que obtendrá las ganancias relacionadas.
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