Monday, September 07, 2009

Otra vez sobre el Canal...

Otra vez sobre el Canal...

Marcos A. Mora Rangel
economista

La Prensa, 28 de agosto de 2009

En dos ocasiones anteriores, por este mismo diario, me he referido al tema del Canal. De ambos escritos “Sigámosle la pista al Canal” y “Procuremos el consenso”, el último me mereció la llamada y felicitación de un distinguido miembro de la familia Fidanque. A raíz del artículo “ La ACP debe ser más precavida”, del Ing. Carlos Rangel ( La Prensa , 22/8/2009), me asaltan nuevas preocupaciones.

Si bien no me asustan las voces que hablan de conflictos de intereses, sí me pone a temblar las posibilidades de que este magno y necesario proyecto se convierta en el dolor de cabeza para las presentes y futuras generaciones de panameños. La situación financiera de las empresas líderes del consorcio ganador, aunado a las debilidades técnicas que han señalado algunos de los concursantes luego de concluidos los actos, debe poner al más osado de todos los mortales con la carne de gallina. Las aseveraciones del Ing.

Alemán, de que al primer semestre de este año Sacyr y Vallehermoso han reportado 600 millones de utilidad y han comenzado a saldar su deuda de 16 mil millones de dólares con la venta de activos, por el nivel de sus compromisos y el tipo de empresa, no me tranquilizan para nada. Recomiendo al Gobierno en general, y a la ACP , en particular, que este tema sea analizado y coordinado por un equipo interdisciplinario del más alto nivel que incluya entre otros a la SPIA , a los colegios de abogados y economistas, técnicos y especialistas jubilados del Canal, etc.

La ampliación del Canal es la obra de la cual dependerá el país para los próximos años y la responsabilidad por la situación que hoy se afronta no puede recaer en el sentimiento y en el olfato de un determinado funcionario. Los que sin ser ingenieros, por cierto tiempo hemos estado ligado a proyectos de esta disciplina, sabemos que operan como anteproyectos de ley, llevados al Legislativo. Sabemos cómo entran, pero no podemos asegurar cómo terminan, aparte de los consabidos “camarones”.

Es necesario que se sepa de antemano cuál sería el límite máximo al que se puede extender el contrato suscrito y por qué tipo de consideraciones. Hay un riesgo que debe ser asumido por la ACP y otro por el consorcio ganador. Licitar lo más bajo posible, para esperar emparejar las cargas durante la ejecución del proyecto, sería ni más ni menos una vulgar estafa. En Panamá tenemos ejemplos de este tipo. En el Proyecto de Laguna Alta se licitó la compra de un volumen dado de agua y en el proceso de suscripción del contrato se aumentó dicho volumen, con lo cual, por economía de escala, le disminuyó el costo de producción al ganador, afectando al resto de los participantes. Todos, absolutamente todos, debemos apoyar a que la ACP conduzca a buen puerto el proyecto de ampliación del Canal.

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